(Toc, toc, suena la puerta de la cocina).

     — ¿Quién está ahí? —Pregunta con temor porque nadie tocaba esa puerta.

El silencio da nervios que van acumulando los segundos de la circunstancia, cuando de repente, un gran sonido proveniente de la cocina, similar a un estallido ha roto su concentración de no gritar.

     — ¡Dios! Pero, qué... ¿Qué fue eso? —Impactó su misterio en el tiempo.

Se acerca a la cocina, presiona el interruptor, ve un plato caído y solo fue por una ventana abierta que justo se estaba por caer.

     —Otra vez, Luis se olvidó de colocar bien estos platos. Qué niño tan olvidadizo.

(Toc toc suena otra vez en la puerta)

En un medio giro, mira hacia la puerta. Asustada, toma un cuchillo y se acerca. Lentamente... Llega y gira el manillar, abre suavemente y aparece el gato saltando desde un arbusto que tiene a su lado derecho, ella grita y se calma porque se dio cuenta que era su mascota. Cuando mira hacia arriba, ve a una rama que golpegaba la puerta cada un buen rato. Justo hacía dos golpes, toc, toc, sonaba de vez en cuando chequeando el tiempo para asegurarse que era eso. Dio un suspiro de alivio, cierra la puerta y suena toc, toc, toc, toc, toc.